El uso de redes sociales aumenta la soledad
El acceso a los medios tecnológicos ha sido una de las herramientas más poderosas que ha surgido en los últimos tiempos. Las conexiones se han atribuido a los espacios virtuales a través de una estructura social conectada mediante nodos que forman una especie de comunidad entre los usuarios que se registran en estos sitios llamados: “Redes sociales”
Índice
El uso de las redes sociales emerge como una nueva plataforma de comunicación que permite, según sus actividades o intereses, establecer un contacto entre los individuos aun cuando no se hayan conocido previamente.
Estos sitios de internet han sido materializados como un hábito. Las redes sociales representan una especie de cadena bajo un fenómeno teórico denominado “seis grados de separación,” es decir, que entre un usuario u otro existe una distancia de seis individuos que los conectan en el mundo virtual en el que intercambian información.
Facebook, Instagram, Snapchat y Twitter son algunas de las redes que componen un grupo de espacios de entretenimiento. Estas sociedades cibernéticas garantizan el contacto entre los usuarios de manera inmediata y nos unen a través de un clic en todos los rincones del mundo.
La tecnología ha representado un sin número de beneficios para el ser humano, aunque también ha traído desventajas significativas en nuestro entorno y en cómo nos relacionamos. El análisis de las redes sociales ha sido uno de los estudios más polémicos en esta era, haciendo que nos cuestionemos si las redes sociales son buenas o malas y el impacto que ésta ha generado en nuestras relaciones interpersonales.
La influencia de estos espacios cibernéticos es una forma de mantener una relación constante e inmediata con otros individuos.
Es una ventaja porque es un canal de difusión masiva y una manera de fomentar la comunicación a través de la red cuando se encuentran en línea.
Una gran cantidad de beneficios nos otorga esta plataforma de internet, sin embargo las desventajas se han hecho visibles en nuestros espacios reales en los que nos relacionamos y cómo ha influido en la soledad del ser humano.
A través de estos medios masivos las personas se crean un perfil de cómo quieren mostrarse y qué es lo que quieren que los otros usuarios conozcan de ellos. En muchos casos se proyecta información que no corresponde a sus vidas reales y desarrollan una falsa identidad para ser aceptados dentro del entorno virtual.
La aceptación es un fenómeno que causa que los individuos establezcan prospectos para la proyección de una imagen idealizada y por consiguiente, la competencia para obtener una atención de otros individuos virtuales a través de la carga de fotos visualizadas en los muros de sus redes sociales.
Aunque las redes sociales pueden “mantenernos comunicados”, son consideradas psicológicamente como una válvula de escape ante el fenómeno de la soledad. Estudios han enfatizado en que estos espacios han transformado la manera de relacionarse entre los individuos.
La soledad por su parte es conocida como la ausencia de compañía. Investigadores atribuyen a que el aislamiento físico afecta a las emociones, siendo una amenaza para las relaciones interpersonales y uno de las causas de depresión que incluso puede llevar a la muerte.
Muchos se adentran en estas redes y se desconectan del mundo real, pasando horas y horas actualizando las plataformas, por lo que se ha considerado como una adicción. Esto es así porque de alguna u otra forma se sienten seguros al permanecer en constante conexión en un mundo virtual estructurado que los une en todo momento y lugar.
Adicción a las redes
Esta adicción nace de la preocupación de construir un ideal en los ciberespacios, por lo que dejamos de un lado nuestro mundo real.
Fuera de línea nos sumergimos en un entorno cotidiano en el que presenciamos problemas que atañen a las circunstancias que vivimos, por el contrario, el espacio virtual tiene la capacidad de alterar o distorsionar nuestra realidad.
La soledad es un sentimiento que nos acompaña en muchas etapas de nuestras vidas y es un ciclo de insatisfacción que afecta a una gran parte de los individuos. Las redes sociales son parte del modernismo cibernético que mantienen a los usuarios cada vez más sumergidos y aislados de su entorno social.
La necesidad de realzar nuestra autoestima nos ha llevado a embellecer nuestras fotos, describirnos de una forma irreal y ser quienes no somos en nuestra vida diaria.
Muchas de los las personas tienen poca confianza en sí mismos y prefieren conectarse al mundo virtual como una forma de sentirse más seguros y cómodos.
Para muchos hoy representan espacios para compartir, en donde tenemos encuentros digitales que sirven para relacionarnos ayudados de estas herramientas que se han convertido en nuestros aliados, nuestro núcleo familiar, entorno laboral, nuestro instituto académico, incluso se ha convertido en un manual culinario, un lugar de entretenimiento para los aficionados.
Como combatir este fenómeno
Una terapia para recuperar nuestro mundo real es el compartir con nuestros seres queridos y aunque es difícil, es vital rescatar nuestros espacios y relaciones físicas.
Desconectarnos de las pantallas es el inicio para volver a los hábitos de compartir un café, las conversaciones prolongadas y el contacto entre los individuos.
La hiperconexión nos ha llevado a aislarnos, trayendo como consecuencia el incremento de la baja autoestima dentro de nuestras relaciones por la búsqueda de satisfacer a un público dispuesto a esperar para reaccionar ante nuestra máscara virtual.
Los individuos crean prospectos para la proyección de una imagen idealizada, por lo que el aislamiento físico afecta a las emociones, siendo una amenaza para las relaciones interpersonales.
